Conectado
El f
in de semana que recién terminó, estuve reunido junto a un alucinado grupo de jovenes activistas de la comunicación, allá arriba de San Antonio Palopó, en el Centro Ixim. Fuimos al rededor de 40 personas y la intención fue conocernos para sumarnos con toda neustra energía al reto de conectar Atitlán.
Personalmente, la experiencia me llenó de energías positivas y de mucho aprendizaje. Comprobé como sí podemos tener convivencias abiertas, honestas, interétnicas y relajadas. Hoy me siento con al menos tres docenas de amigos más, a quienes admiro por su disposición al trabajo colectivo, en la búsqueda de una mejor realidad para todos.
Estoy convencido de que lo que recien está empezando se convertirá en un gran mounstro de colores y paz, y sus resultados desencadenarán en relaciones más positivas no sólo para los habitantes de Sololá sino para todo aquel ciudadano del mundo que necesite pruebas de que el cambio sí es posible.