San Marcos La Laguna
Según la tradición oral, los antepasados de los actuales habitantes de San Marcos La Laguna son de un lugar llamado Paquip, cercano a la población de San Jerónimo en Patulul, el que tuvieron que abandonar a causa de las fieras que abundaban en el lugar. Agrega la leyenda que vagaron durante casi trescientos años, buscando un lugar dónde asentarse. Lo intentaron en las riberas del lago de Atitlán, en tierras que actualmente pertenecen a la aldea Cerro de Oro, de Santiago Atitlán. Pero al ser rechazados por los atitecos buscaron refugio en la orilla occidental del lago, donde al Alcalde de Patzununá (San Pedro La Laguna) los contrató para sembrar milpa.
A los descendientes de los emigrantes de Paquip, de habla cachiquel, se agregaron otros jornaleros, llegados de Sololá, con quienes, por tener una lengua común, formaron un nuevo pueblo, en un lugar poco adecuado para ello, el barranco Payan Chicol, sitio conocido actualmente como Jaibalito, que pertenecía a la jurisdicción de Atitlán y era parte de la encomienda de Sancho de Barahona, compañero de conquista de Pedro de Alvarado.
Según el Memorial de Sololá, el pueblo de San Marcos fue fundado el 26 de abril de 1584, cuando el misionero francisco Fray Juan Mendoza celebró la primera misa, siendo conocido inicialmente como San Marcos Paquip. En 1707, en un libro de matrimonios, ya se le denomina como San Marcos La Laguna.
En 1623 aparece San Marcos entre los pueblo que integraban la encomienda recibida por Pedro Núñez de Barahona, nieto del conquistador Sancho de Barahona, El Cronista Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán lo menciona en su obra Recordación Florida, como el pueblo más pequeño del curato de Sololá. En la Descripción Geográfico-moral de la Diócesis de Goathemala, del arzobispo Pedro Cortés y Larraz, de 170, se menciona a San Marcos como un pueblo anexo de la parroquia de San Pedro La Laguna, con una población de 156 habitantes.
La ubicación original de San Marcos, en una barranca que desemboca en el lago y que en la época de lluvia se convierte en cauce de grandes corrientes de agua, provocó que en numerosas ocasiones el poblado fuera destruido por fuerza de las aguas. La primera de esas «correntadas» se registra en los libros parroquiales en 1688, a la que siguieron otras en 1702 y 1724. Después de la de 1702, el Alcalde Mayor de Sololá trató de convencer a los marqueños para que se trasladaran a un lugar más seguro, pero no lograron encontrar un lugar adecuado.
Luego del segundo desastre, el Alcalde Mayor de Sololá, Juan de Barreneche, Obtuvo el permiso de la Real Audiencia para trasladar el pueblo a otro sitio. Los pobladores escogieron el lugar denominado Uacujíl, al cual se trasladaron en enero de 1725. Un año después se procedió al deslinde de tierras con Santa Cruz La Laguna.
Fue hasta 1897 que San Marcos contó con una iglesia católica de buena construcción la que fue destruida a los pocos años, en 1827. El párroco de San Pedro La Laguna logró levantar en poco adornada con retablos, esculturas y cuadros, la que fue destruida por el terremoto del 2 de abril de 1902.
A finales de octubre de 1849 otra gran «correntada» afectó nuevamente al pueblo. El único edificio que sobrevivió fue la iglesia que había sido construida pocos años antes. Ante poblado al sitio conocido ahora como «Llano de Chinimiyá y, buscando librarse definitivamente de las «correntadas», se asentó en las lomas de Chirijuyú y Xenimabaj, donde aún permanece.
Durante al período colonial, San Marcos La Laguna perteneció al corregimiento de Tecpán Atitlán o Sololá, hasta que alrededor de 1739 este corregimiento y el de Atitlán pasaron a 1872 se creó el departamento de Quiché. San Marcos aparece entre lo 21 municipios que continuaron bajo la jurisdicción de Sololá. Según el Instituto nacional de Estadística, (INE) Censo de 1994, San Marcos La Laguna tiene categoría de pueblo (urbano) y no cuenta con poblados rurales.